Poemas para los estudiantes de 5° año
Pájaros
Oigo los pájaros afuera,
otros, no los de ayer que ya perdimos,
los nuevos silbos inocentes.
Y no sé si son pájaros,
si alguien que ya no soy los sigue oyendo
a media vida bajo el sol de la tierra.
Quizás es el deseo de retener su voz salvaje
en la mitad de la estación
antes que de los árboles se alejen.
Alguien que he sido o soy, no sé,
oye o recuerda,
si hay algo real dentro de mí son ellos,
más que yo mismo, más que el sol afuera,
si es musical la fuerza que hace girar el mundo,
no ha habido nunca sino pájaros,
el canto de los pájaros
que nos trae y nos lleva.
autor: Eugenio Montesco
Las Soledades de Babel
La soledad es nuestra propiedad más privada
viejo rito de fuegos malabares
en ella nos movemos e inventamos paredes
con espejos de los que siempre huimos
la soledad es tiempo / veloz o detenido /
reflexiones de noria / espirales de humo /
con amores in vitro / desamores in pectore /
y repaso metódico de la buena lujuria
la soledad es noche con los ojos abiertos
esbozo de futuro que escondió la memoria
desazones de héroe encerrado en su pánico
y un sentido de culpa / jubilado de olvido
es la tibia conciencia de cómo deberían
haber sido los cruces de la vida y la muerte
y también el rescate de los breves chispazos
nacidos del encuentro de la muerte y la vida
la soledad se sabe sola en mundo de solos
y se pregunta a veces por otras soledades
no como via crucis entre ánimo y ánima
más bien con interés entomológico
todavía hace un tiempo / en rigor no hace tanto
las soledades / solas / cada una en su hueco
hablaban una sola deshilachada lengua
que en los momentos claves les servía de puente
o también una mano una señal un beso
acercaban al solo la soledad contigua
y una red solidaria de solos conectaba
las geografías y las esperanzas
en el amor y el tango los solos se abrazaban
y como era de todos el idioma del mundo
podían compartir la tristeza y el goce
y hasta se convencían de que no estaban solos
pero algo ha cambiado / está cambiando
cada sólo estrenó su nueva cueva
nuevo juego de llaves y candados
y de paso el dialecto de uno solo
ahora cuando bailan los solos y las solas
ya no se enlazan / guardan su distancia
en el amor se abrazan pero piensan
en otro abrazo / el de sus soledades
las soledades de babel ignoran
qué soledades rozan su costado
nunca sabrán de quién es el proyecto
de la torre de espanto que construyen
así / diseminados pero juntos
cercanos pero ajenos / solos codo con codo
cada uno en su burbuja / insolidarios
envejecen mezquinos como islotes
y aunque siga la torre cielo arriba
en busca de ese pobre dios de siempre
ellos se desmoronan sin saberlo
soledades abajo / sueño abajo
autor Mario Benedetti
Silencio
brota una nota
que mientras vibra crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio
otro silencio, aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen
recuerdos, esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.
Autor: Octavio Paz
La Flor de la Luz
Margarita, está linda la mar;
Y el viento
Lleva esencia sutil de azahar.
Yo siento
En el alma un alondra cantar:
Tu acento.
Margarita, te voy a contar
Un cuento.
Éste era un rey que tenia
Un palacio de diamantes.
Una tienda hecha del día,
Y un rebaño de elefantes;
Un trono de malaquita,
Un gran manto de tisú,
Y una gentil princesita
Tan bonita,
Margarita,
Tan bonita como tú.
Una tarde la princesa
Vio una estrella aparecer;
La princesa era traviesa
Y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
Decorar un prendedor.
Con un verso, y una perla,
Y una pluma, y una flor.
Las princesas primorosas
Se parecen mucho a ti:
Cortan lirios, cortan rosas,
Cortan astros. Son así.
Pues se fue la niña bella
Bajo el cielo y sobre el mar,
A cortar la blanca estrella
Que la hacia suspirar.
Y siguió camino arriba.
Por la luna y más allá;
Mas lo malo es que ella iba
Sin permiso de papá.
Cuando estuvo ya de vuelta
De los parques del Señor,
Se miraba toda envuelta
En un dulce resplandor.
Y el rey dijo: -¿Qué te has hecho?
Te he buscado y no te hallé,
Y, ¿qué tienes en el pecho
Que encendido se te ve?
La princesa no mentía,
Y así dijo la verdad:
-Fui a cortar la estrella mía
A la azul inmensidad.
Y el rey clama: -¿No te he dicho
Que el azul no hay que tocar?
¡Qué locura! ¡Qué capricho!
El Señor se va a enojar.
Y dice ella: -No hubo intento;
Yo me fui no sé por qué,
Por las olas y en el viento
Fui a la estrella y la corté.
Y el papá dice enojado:
-Un castigo has de tener:
Vuelve al cielo, y lo robado
Vas ahora a devolver.
La princesa se entristece
Por su dulce flor de luz,
Cuando entonces aparece
Sonriendo el Buen Jesús.
Y así dice: “En mis campiñas
Esa flor yo se la di,
Son mis flores de las niñas
Que al soñar piensan en mí”.
Viste el rey ropas brillantes;
Y luego hace desfilar
Cuatrocientos elefantes
A la orilla de la mar.
La princesita está bella.
Pues ya tiene el prendedor
En que lucen con la estrella
Verso, perla, pluma y flor.
Margarita, está linda la mar,
Y el viento
Lleva esencia sutil de azahar:
Tu aliento.
Ya que lejos de mi vas a estar,
Guarda, niña, un gentil pensamiento
Al que un día te quiso contar
Un cuento.
Poema XV
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Un golpe de tu dedo sobre el tambor descarga todos los sones
y empieza la nueva harmonía.
Un paso tuyo significa el alzamiento de los hombres nuevos y
su puesta en marcha.
Tu cabeza se desvía: ¡el nuevo amor! Tu cabeza se vuelve:
¡el nuevo amor!
<tiempo>>, te cantan esos chicos.<la substancia de nuestras suertes y de nuestros votos>>, se te ruega.
Llegada de siempre, que te riás por doquier.¨
Autor Baudelaire
Infancia
Es ella, la pequeña muerta, detrás de los rosales. - La joven mamá difunta baja la escalinata. - La calesa del primo rechina en la arena. - El hermano pequeño - (¡está en las Indias!) ahí, ante el crepúsculo, sobre el prado de claveles. - Los viejos que han enterrado totalmente tiesos en la muralla de los alhelíes.
El enjambre de hojas de oro rodea la casa del general. Están en el sur. - Se sigue el sendero rojo para llegar al albergue vacío. El castillo está en venta; las persianas están desprendidas. - El cura se habrá llevado la llave de la iglesia. - Alrededor del parque, las casetas de los guardas están deshabitadas. Las empalizadas son tan altas que sólo se ven las cimas rumorosas. Además dentro no hay nada que ver.
Los prados suben hacia las aldehuelas sin gallos, sin yunques. La esclusa está levantada. ¡Oh los Calvarios y los molinos del desierto, las islas y las muelas!
Zumban flores mágicas. Los taludes le mecían. Circulaban animales de una elegancia fabulosa. Las nubes se agolpaban sobre la alta mar hecha de una eternidad de cálidas lágrimas.
Autor Rimbaud
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